jueves, 21 de marzo de 2013

Marihuana. La flor del cañamo.

Daniel Vidart se encuentra desarrollando un nuevo libro, a cuyo título hace referencia el de este artículo. En un mediodía que sabía dar la bienvenida al otoño Daniel nos abrió las puertas de su casa, dentro nos esperaba un embriagador laberinto formado por tres habitaciones de incontables libros, su infinita sapiencia, la calidez de una mesa compartida y un indefinible dejo a África. 

Divido el libro, por ahora, es un proyecto pero creo que es una forma no solamente convincente sino que responde al proceso dialéctico.

Tesis: libre consumo de la marihuana, y libre empleo del cáñamo.
Los padres de la patria en Estados Unidos, Jefferson, Washington... tenían plantíos, la consumían. Y en realidad la marihuana todavía no se llamaba así, porque su nombre viene de las "Marías" y de las "Juanas", que eran las soldaderas que estaban con Pancho Villa, de ahí viene el nombre, nombre  de pueblo, gente de pueblo, "Marías" y "Juanas".

No me extiendo sobre el primer período, que es muy amplio, muy rico y que ahí está toda la historia desde sus usos recreativos, medicinales, y el cáñamo con toda la utilización que se le daba que es inmensa.

En el segundo período viene la antítesis, donde en los Estados Unidos interesa a los grandes magnates del papel, y particularmente a Dupont liquidar el cáñamo (...), porque tenían grandes plantaciones de árboles que les daban pulpa de papel. Hearst, que era dueño de la gran cadena de diarios le compró a todas las papeleras las fábricas, y a su vez se sabía que una hectárea de cáñamo rendía cuatro veces más que una hectárea de árboles.

Entonces comienza, y por intereses creados, a través de mandaderos una campaña feroz en todos los periódicos y de todas las maneras, contra la marihuana para pegarle al cáñamo; y contra lo que le habían quemado a Hearst, creo que 600.000 hectáreas, una cosa tremenda de montes que tenía en Méjico, y la gente de Pancho Villa se la quemó. Entonces ya cayó la maldición sobre los mejicanos, porque dañaron sus intereses pero también fumaban marihuana, y por otra parte como es sabido, la gente de New Orleans, y todo esto se mezcla con los negros y los cimientos del jazz... de manera que ya había ahí una discriminación racial también. Había un tema muy especial de exclusión de gente despreciada como eran los negros y los chicanos.

No me extiendo porque esto es materia del libro, un capítulo largo, ominoso y contradictorio porque  justamente Herfilling les decía que los volvía locos y criminales, pero cuando la guerra de Vietnam no los dejaban a los muchachos fumar marihuana porque apoca los espíritus, y el espíritu guerrero que está naturalmente muy vinculado al criminal y al que mata al otro, desaparece.

De esta manera se tejen las coyunturas históricas y los intereses de tipo ya nacional (Vietnam) con los intereses de tipo personal como los de los capitalistas de los EE.UU.

La tercer etapa, que es la síntesis, la negación de la negación como decía Marx, aparece algo muy singular que he advertido, que no hay ni alrededor de la ayahuasca, ni de la coca el movimiento ya prácticamente universal de quienes consumen marihuana y reivindican ese derecho, han formado algo así como una comunidad, pequeñas comunidades, sociedades mayores, y una constante reivindicación que se manifiesta justamente en hechos como los que estamos viendo en este momento en Chile, el caso de Alicia en el Uruguay, donde el exceso advierte a quienes están avisados, que se está en la exageración y en la ignorancia de lo que efectivamente significa algo que es una... ni siquiera empleo la palabra droga, voy a desterrar a la voz "droga", porque en realidad se trata de un elemento incorporado, tal como y sin las consecuencias que tiene el tabaco o el alcohol, incorporado a la cultura no solamente de occidente.

De manera que es una lucha de reivindicación. Y que muchas dirán... "porque fuma!?" Bueno... "porqué toma usted alcohol?". Es la misma pregunta. Porque me gusta. Porque me hace bien. Porque en el caso de la marihuana de alguna manera transporta a un espíritu de paz, de tranquilidad, sin agresividad, de ensueño a veces y que condice con la condición humana.
Porque desde la prehistoria el hombre buscó y está comprobado, por ejemplo en Shanidar en Irán los neardenthales donde había una tumba y habían puesto flores, y de esas flores los polinólogos que son los que estudian el polen de épocas prehistóricas, determinaron que existían tres o cuatro que correspondían a sustancias alucinógenas, por lo tanto el hombre desde muy antiguo estuvo en contacto con las plantas "sicoactivantes". ¿Pero "sicoactivantes" porqué? Porqué hay algunas que son sedantes, entonces hay que modificar también el lenguaje, eso de "activar" cuando se habla de sustancias que alteran la conciencia , que provocan estados alterados, los sustituyo por "estados alternos" de conciencia. La marihuana no altera, la marihuana apacigua, no exalta.

Y bueno, toda una lucha interesante desde el punto de vista antropológico, porque efectivamente las legislaciones todavía no han llegado a un acuerdo mundial, hay experimentos en determinados países, resistencias, escapatorias, trampas; y lo ideal sería que una ilustración general acerca de lo que significa el cannabis, desde varios puntos de vista, se hiciera dueña de la opinión pública mundial.

Es una lucha larga y difícil, una sustancia que no mata, que no enferma; evidentemente personas que hace cincuenta años que están consumiendo y que yo conozco están perfectamente bien de mente y de cuerpo, por lo tanto el cuco de la enfermedad, o de la abyección, o la conciencia oscura y el entendimiento corto, son argumentos feudales. Naturalmente que hay que evitar el abuso, es decir, de alguna manera se buscará la forma para decirle a la gente que no esté fumando cuarenta porros por día. Lo mismo que si tú tomás cuarenta tasas de café por día vivís en un estado de excitación tremendo, y si tomás veinte whiskies por día sucede lo mismo. De manera que hay que buscar un difícil equilibrio que eso lo dá la cultura, en el sentido no de "buen comportamiento", o maneras de ser aceptadas, la cultura es otra cosa, la cultura es la forma de actuar de una comunidad, es todo aquello que no está en la naturaleza, son cosas que hace el hombre.
Ya materiales, ya inmateriales. Inclusive hay gente que no acepta el término cultura en referencia a lo material, yo recuerdo siempre una frase de Marx,  Marx en el libro tercero del capital dice que si desapareieran todos los puentes que se han construido eso no sería una catástrofe, porque los puentes no están en el hierro, los puentes están en las cabezas de los ingenieros, se volverían a hacer.

La cultura está dentro de nosotros, lo que hacemos son proyecciones, objetivaciones, por ejemplo si a mí me dá por hacer este aparato, este grabador, yo estoy objetivando lo que las matemáticas, lo que la técnica, etc han puesto en mí, pero esto no es cultura, esto es un producto cultural.
Lo mismo sucede con los aspectos culturales de una difusión, que la hay, porque yo no conozco ningún periódico que se dedique a la ayahuasca, a la cocaína, y sí la hay alrededor del cannabis existe una serie de publicaciones, de movimientos, de intercomunicación, de apoyo mutuo, de sociabilidad, de intercambio como por ejemplo con los cogollos... hay una especie de forma fraterna de convivir alrededor de esa comunión del hombre y la planta muy interesante.

Respecto a todo esto hay mucho que escribir, hay que salir de lo convencional, me interesa mucho el estudio de campo, el antropólogo no trabaja con libros, sino que trabaja haciendo una observación, hay dos grandes métodos para trabajar en la antropología de campo, uno de ellos es el de "observador participante", que observa y a su vez está en lo que hace el grupo y aún participa en lo que el grupo tiene, consume, etc. Y el otro método muy interesante es el de "participante observador", en Estados Unidos se ha dado el caso de que muchachos de tribus indias van a la universidad, se forman como antropólogos y con la experiencia mamada que es mucho más importante que la de el que observa, que aunque aprenda el idioma y conviva no es como el que nace, pasa las ceremonias de iniciación, y está al tanto de la cosmovisión del grupo. De manera que ese es el otro método que yo no puedo hacer, pero quienes están adentro deben hacerlo y deben escribir acerca de eso.

Bueno, mas no hay, ahora vamos a esperar el libro, que tengo mucha esperanza de que sea un poco distinto al amontonamiento de noticias, y que tenga desde el punto de vista objetivo, si es que se puede llegar a la objetividad, una serie de reflexiones serias, científicas; y desde el punto de vista subjetivo también, la recomendación, opinión de que el consumo de la marihuana no mata a nadie, no agrede a nadie, no supone una patología social, no supone una disminución de la persona, dentro de los límites que todo mundo se tiene que imponer para consumir el producto.

De manera que tiene que haber consensos, dentro del propio movimiento tienen que surgir consejos, maneras, formas por ejemplo para no afectar con el humo, o como hacían en Colombia que  pitaban el porro armado con hojas de tabaco. Recomendar todos los métodos que hay por ejemplo a través de la pipa de agua, a través de los bongs, para evitar justamente el humo del papel, y así el humo pueda afectar la garganta obviamente, y así atenuar los efectos inmediatos, para que los mediatos actúen de manera eficiente.

Nota: J. Rey.
Fotos: J. Rey
Agradecemos a Delaplanta tienda de cultivo el aporte de la imagen referente al cáñamo.
Extraída del libro "Hierbas y plantas curativas" de Jorge Fernández Chiti.